Desde hace años, en varias comunidades autónomas se trabaja para acercar la Nueva gramática a las aulas de Secundaria y de Bachillerato. Que se trabaje para que los alumnos entiendan, identifiquen y asuman algunas de las ideas y construcciones sintácticas que expone la Nueva gramática puede resultar algo tan obvio como necesario, pero lo cierto es que esta obra fue publicada en el año 2009, y diez años después, los libros de texto que colonizan los departamentos de Lengua de nuestro país no acaban de actualizarse. En general, han ignorado dicha publicación o han introducido determinadas novedades con cierta timidez y a un ritmo cuestionable. Los responsables últimos del material que manejan los alumnos somos los profesores, y consultamos la Nueva gramática para ello. Es el recurso adecuado para las grandes dudas, para resolver ambigüedades o para hacer un gran descubrimiento mientras intentamos desentrañar un asunto que nada tiene que ver con nuestro repentino hallazgo. Tenemos acceso a una obra grandiosa cuyos contenidos nos desbordan cuando lo que pretendemos es aplicarlos en el aula. Así, la gramática tradicional, aquella con la que la mayoría hemos aprendido a enseñar, sigue siendo la protagonista principal para nuestros alumnos, pero también para la mayoría de docentes, que nos sentimos incapaces a la hora de discriminar novedades pertinentes que ofrecer a nuestros alumnos.
Aragón es una de las comunidades que ha dado pasos importantes para que sus profesores apliquen, gradualmente, nuevas formas de concebir construcciones hasta ahora tratadas según la tradición gramatical. Algunas de las interpretaciones más impactantes son, por ejemplo, dejar de ver la preposición como enlace en un sintagma preposicional y concebirla como un núcleo con sus complementos; entender el complemento directo de persona como un sintagma nominal, en vez de como un sintagma preposicional en una oración como Ana ha escuchado a Lucía; introducir el concepto de atributo locativo en vez de de usar el de complemento circunstancial de lugar en oraciones como Sandra está en Madrid, o establecer la necesidad de diferenciar entre complemento circunstancial y complemento locativo argumental en oraciones como Tiene una casa en Madrid y Vive en Madrid. Y es esta última novedad a la que dedicaremos las siguientes líneas.
Aunque es cierto que la introducción de esta nueva concepción en las anteriores estructuras sintácticas está recomendada para alumnos de bachillerato, no es menos cierto que en las aulas se percibe la necesidad de ir dosificando esta información desde cursos más tempranos. La normalización en la enseñanza y en el aprendizaje de interpretaciones cercanas a la Nueva gramática puede lograrse atendiendo a la madurez del grupo de alumnos con el que pretendemos trabajar, simplemente es necesario revisar la estrategia con la que vamos a realizar dicho acercamiento.
En primer lugar, somos nosotros, los profesores, los que debemos comprender tales diferencias. Ya en la Nueva gramática queda constancia de lo confusos que son los límites entre los complementos argumentales de ubicación (complementos locativos argumentales, atendiendo a la terminología que aconseja la comunidad de Aragón), los complementos circunstanciales y los de régimen. Así, podemos leer en el Manual:
36.1.2c LOS COMPLEMENTOS ARGUMENTALES DE UBICACIÓN (Puso en libro en la mesa) están relacionados con los complementos circunstanciales y con los de régimen, pero no corresponden propiamente a ninguno de los dos grupos. Se diferencian de los de régimen en que las preposiciones que los encabezan no están seleccionadas por el predicado, por lo que alternan libremente con otras (Puso el libro {en ̴sobre ̴bajo ̴tras ̴ante} la mesa). Se distinguen de los circunstanciales en que el significado que aportan está exigido por el verbo. En efecto, no es posible concebir la acción denotada por poner si no se considera algún lugar en el que se deposita algo, por lo que se entiende que el grupo preposicional que introduce es argumental. Los complementos argumentales de ubicación, seleccionados por poner, guardar, ocultar, situar y otros verbos similares, pueden construirse también con adverbios con adverbios y locuciones prepositivas, como al lado (de), cerca (de) ,debajo (de), encima (de),frente a, junto a, etc., y pueden ser sustituidos por los adverbios allí, allá, dónde o donde. El límite entre los complementos de régimen y los circunstanciales tampoco es nítido con los verbos caber, pernoctar o residir, que presentan mayor necesidad de un complemento locativo que otros como apoyarse, tenderse o veranear. [1]
Debido a esta dificultad, muchos profesores hemos practicado en las aulas la comprensión de esta diferencia guiados por el listado de los diferentes tipos de complementos locativos argumentales que los alumnos de Aragón, y al menos en Bachillerato, deberían saber diferenciar antes de presentarse a la EvAU. Además, sabemos que los listados son tan necesarios como enemigos de la memorización, y que a menudo, como es el caso, requieren de gran esfuerzo y reflexión. Ante tanta novedad y para facilitar a los alumnos dicha distinción hemos puesto en marcha un sencillo aporte visual, que con pequeñas pautas básicas, al trabajar con oraciones, libere a alumnos y a profesores de unos listados ejemplificadores pero abiertos.
EL MÉTODO
Ofreceremos de la forma más abreviada posible la información referente a los cinco tipos de complementos locativos con los que trabajaremos, junto con un ejemplo clarificador de cada uno de ellos. Advertiremos a los alumnos de que la lista de verbos que requieren semánticamente estos complementos locativos es una lista abierta.
Complementos locativos argumentales
1. Estativo locativo (lugar en donde): Eva vive en Utrillas.
2. Cambio de locación (lugar a donde): Eva entró en el ascensor.
3. Cambio de locación (lugar de donde): Eva salió del ascensor.
En estos tres primeros tipos, el protagonista único de nuestras oraciones es el sujeto, en tanto que es el sujeto, Eva, el que permanece en algún lugar (1), el que experimenta un desplazamiento a un lugar como destino (2), (entendido dicho lugar como destino provisional, ya que Eva no entra en el ascensor para quedarse) y el que se desplaza desde un lugar (3), entendido, de forma básica, como punto de origen de ese movimiento.
4. Causativo locativo (lugar a donde): Eva metió la caja en el ascensor.
5. Causativo locativo (lugar de donde): Eva sacó la caja del ascensor.
En los dos últimos tipos, el sujeto de las oraciones será el causante del desplazamiento o movimiento del complemento directo. El sujeto desplaza al complemento directo a un lugar como "destino" (4), de modo que el complemento directo, en este caso, la caja, pasa a estar en algún sitio; o bien, el sujeto desplaza al complemento directo desde un punto de origen (5), de modo que deje de estar en algún sitio.
A continuación, ofreceremos a los alumnos una imagen gráfica que permita ubicar cada complemento en un determinado espacio de esta imagen. En este caso, una imagen en forma de dado, de modo que cuando hayamos ubicado el último de los tipos habremos obtenido un dado en el que cada uno de los cinco complementos ocupará un lugar único y particular.
EL DADO
En un orden concreto, iremos dibujando las diferentes caras de un dado hasta llegar a la quinta de ellas.
Utilizando los ejemplos de las oraciones anteriores ubicaremos en el dado, en primer lugar, los tres primeros tipos de complementos, es decir, aquellos en los que el sujeto es el protagonista.
Estativo locativo
En este primer ejemplo, Eva, el sujeto, no se desplaza. Permanece en un sitio. Ocupará la parte neutra o central de nuestro dado.
Cambio de locación (lugar a donde)
En el segundo ejemplo, el sujeto Eva, se desplaza a un lugar, es decir, pasa a estar en el ascensor. Para expresar este cambio de lugar dibujamos una flecha en la parte superior del dado, y con una "X" expresaremos el nuevo lugar al que Eva se desplaza como destino puntual. Este tipo ocupará el margen superior izquierdo. Desde este momento, todo el margen superior del dado abarcará el significado "lugar a donde".
Cambio de locación (lugar de donde)
En el tercer ejemplo, el sujeto Eva, deja de estar en un lugar. En este caso, deja de estar en el ascensor. Para expresar el lugar donde deja de estar dibujamos una "X" en la parte inferior del dado, y con una flecha expresaremos la noción de salida de ese lugar. Este tipo ocupará el margen inferior izquierdo. Desde este momento, todo el margen inferior del dado abarcará el significado" lugar de donde"
Ubicados los tres primeros tipos, daremos el lugar adecuado a los dos restantes. Recordemos que en estos dos tipos, el sujeto es el causante del movimiento, desplazamiento o aparición del complemento directo.
Causativo locativo (lugar a donde)
En el cuarto ejemplo, el sujeto Eva, es el causante de que el complemento directo la caja, llegue al ascensor. Ubicaremos este ejemplo en el margen superior derecho. Recordemos que cualquier tipo de complemento situado en la parte superior del dado expresa "lugar a donde". En este caso, el lugar a donde Eva desplaza la caja.
Causativo locativo (lugar de donde)
En el quinto ejemplo, focalizamos nuestra atención en la parte inferior del dado, ya que es la zona donde se expresa lugar "de donde". En este caso, el lugar de origen de donde el sujeto Eva saca la caja. Es decir, Eva hace que el complemento directo la caja, deje de estar en el ascensor. Este tipo ocupará el margen inferior derecho.
Con los cinco ejemplos ubicados en diferentes partes del dado, el alumno será capaz de visualizar en qué lugar colocaría los complementos contenidos en un grupo de oraciones cuyos verbos requieran semánticamente estos tipos de complementos. Esto significaría que sabe identificar los distintos tipos de locativos que pretendemos que diferencie.
La eficacia de este sencillo método ha sido probada por varios profesores en aulas de la Comunidad Autónoma de Aragón a partir de 3º de ESO durante el curso 2018/2019, con un resultado siempre favorable.
[1] Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española, Nueva gramática de la lengua española. Manual. Madrid: Espasa, 2010.