EL AMOR DE LOS VIENTOS
Escribo por los albores
de aquellos días de plata
cantando por otra piel.
Cuando el aire me es infiel,
corre tras las serenatas
que mancillan los vagones
de este solitario tren.
Conozco tanto vaivén
que el ojo de mis pudores
brota mares de fogata
y se esconde en agria miel.
Pero el aire me es infiel,
cuando pálido retrata
las velas de una fragata
que al alba serán batidas.
Al alba serán queridas
como pan en su mantel,
como estruendo en cascabel
y como piedras en ruinas.
Seré flor en las encinas,
seré rama en arambel,
y al llegar mi recogida
solo el miedo guardaré.
Nunca más entenderé
los vuelos de golondrina
que habitaron el ayer.
Fueron nubes en colinas
tronando el canto de heridas
que en otra vida sané.
Nota del editor:
Cuando habla el genio del poeta todo lo demás es silencio. En el silencio vibran intensas las voces de la palabra.
Hay generaciones especiales, sublimes, genuinas. No sé si una por siglo ni si es casualidad que estén llegando aún en su juventud a una gran madurez artística precisamente en los albores de estos años 20...
No se puede decir nada más que dejar que "truene el canto de heridas" en el viento a través estas dos primeras ediciones de sus antologías poéticas.